LA MUERTE DE LAS IDEOLOGÍAS.

Vivir en Guatemala equivale a vivir en un país donde "la muerte de las ideologías", y no precisamente en el sentido filosófico de la expresión, está vigente. No se entiende esto como aquella "muerte de las ideologías políticas" (como si esto fuera posible) que facilite el fortalecimiento mismo de la política de un país y la trasgresión de las fronteras del pensamiento político administrativo tradicional para occidente. Nada que ver con aquellos discursos teóricos que promulgan que una vez borradas nuestras “barreras” mentales encontraremos, quizá “mágicamente” el camino que nos lleve la “reconciliación” y al “desarrollo. Nada tiene que ver con lo que pasa aquí dicha forma de pensamiento.

La muerte de las ideologías guatemalteca, se define en los campos de un sistema político falsamente llamado “democrático” en el que el interés personal prevalece por sobre las sólidas construcciones filosóficas que pretenden encausar la forma de hacer administrar una conglomeración humana y territorial cualquiera (municipio, país, región, casa, etc.).

Revolucionarios y “socialdemócratas” que en lugar de velar por el inmediato arranque de políticas socialistas para el país, velan por sus propios intereses y se prestan al juego de los empresarios mercantilistas que les dictan las políticas a implementar. Empresarios “liberales” que en vez de promover una apertura económica nacional y la consiguiente reducción del gobierno de estado y sus poderes, prefieren seguir beneficiándose de aquello que según su “liberal” ideología debería desaparecer.

No es extraño que “socialdemócratas” no piensen en el reencauce políticas necesarias para el desarrollo del Estado (Minería, Comunicación, por ejemplo). Y que muy pocos “derechistas” piensen que la estatización de las adopciones en Guatemala es un remedio peor que la enfermedad. Si hay niños y niñas robados, alquiler de vientres, o cualquier otro caso anómalo, es momento de investigar y encarcelar a los responsables. El “quitarles el negocio de las manos” es otra forma de dejarles bajo impunidad.

Nuestra misma izquierda nacional adolece de cierta falta de convicción e identificación con las grandes masas y sus problemas reales. Ese, entre tantos otros, es el punto que impidió que nuestra amada Revolución triunfara en el conflicto armado.

¿Qué piensa la izquierda y la derecha de la autoindemización que nuestros queridos diputados quisieron imponerse? Seguramente nada de ello es parte del “ideario” (para quienes aún lo tienen) de los partidos políticos.

En el país de la muerte de las ideologías, muchos de nuestros “revolucionarios” no están dispuestos al sacrificio por el pueblo y muchos “derechistas” lo último que quieren ver es la reducción del estado y por lo tanto, de sus privilegio.

Oh, pobre Guatemala nuestra. Sólo la revolución te salvará.
“Hasta la victoria Siempre”